"Guerra de las galaxias": ¿Ha desatado EE.UU. una
nueva fase en la carrera armamentística espacial?
El pasado
viernes, la Fuerza Aérea de EE.UU. lanzó un cohete portador Delta IV con dos
nuevos satélites espías en el marco del programa militar estadounidense GSSAP.
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El derecho internacional
dicta que los países deben participar en una exploración pacífica del espacio,
pero el segundo lanzamiento de
satélites espías estadounidenses del pasado viernes prácticamente confirma que
se está llevando a cabo una carrera armamentística fuera de la atmósfera
terrestre.
El
Tratado del Espacio Exterior, promulgado en 1967, sienta los principios que
deben regir la conducta de los Estados en la exploración y utilización del
espacio exterior, como, por ejemplo, no reclamar nunca la soberanía sobre la
Luna o no almacenar armas nucleares en las estaciones espaciales en un
futuro. Primero fue firmado por la URSS, Reino Unido y EE.UU., pero
actualmente incluye a 104 países más como China, Irán, Corea del Norte o la
India.
¿Carrera intergaláctica?
Algunas
superpotencias mundiales se están preparando para defenderse más allá de sus
fronteras, aumentando así las posibilidades de que la fuerza letal sea
utilizada en el espacio. En teoría, está prohibido que las armas de
destrucción masiva entren en órbita. Pero el 'hardware' —ya sea en forma de
armas reales o solo en potencia— ya ha llegado más allá de la atmósfera bajo la
apariencia de pruebas secretas. De hecho, la existencia de armamento
intergaláctico se remonta a la década de 1970.
El
pasado viernes, la Fuerza Aérea de EE.UU. lanzó un cohete portador Delta
IV con dos nuevos satélites espía a bordo desde Cabo
Cañaveral (Florida) en el marco del nuevo programa militar estadounidenses
bautizado 'GSSAP'. Estos deberán rastrear "los objetos
artificiales" que se encuentren en una órbita geosíncrona.
Además,
el pasado mes de junio EE.UU. lanzó el satélite
NROL-37 con el objetivo de que realice tareas para la Oficina Nacional de
Reconocimiento, una de las 17 agencias de inteligencia estadounidense "en
apoyo de la defensa nacional".
Actualmente, existen cuatro satélites operacionales GSSAP. La Fuerza Aérea de EE.UU. no desvela su propósito y solo informa de que llevarán a cabo "encuentros en órbita de vehículos espaciales y operaciones de proximidad", recogerán datos y ayudarán a prevenir las colisiones de los satélites. Sin embargo, se cree que su desarrollo es también parte de los esfuerzos de anticiparse a las armas espaciales que el Gobierno de EE.UU. cree que sus rivales están desarrollando, tales como las "minas espaciales" destinadas a destruir satélites.
Un comunicado publicado por USA Today lo sugiere: "El dominio del espacio está cada vez más congestionado, es más controvertido y competitivo", declaró la portavoz de la Fuerza Aérea estadounidense, Sarah Burnett. "Algunos países han manifestado claramente su intención y la capacidad de realizar operaciones hostiles en el espacio como una extensión del campo de batalla terrestre", añadió.
EE.UU., ¿capaz de militarizar el espacio?
Una operación realizada en 2008 proporciona cierta evidencia de que EE.UU. cuenta con lo necesario para militarizar el espacio: un misil SM-3 lanzó desde el crucero naval USS Lake Erie un satélite espía estadounidense a unos 250 kilómetros sobre la tierra.
Asimismo, el uso del avión
espacial no tripulado X-37B OTV-2 de Boeing por parte de la Fuerza
Aérea de EE.UU. también ha aumentado la preocupación de que éste pueda
algún día ser desplegado como un arma.
Un
informe elaborado por la fundación Secure World, que aboga por las operaciones
"pacíficas" en el espacio, afirma que el vehículo cuenta con
"casi ninguna" probabilidad de ser un "sistema orbital de
armas". Sin embargo, el grupo sugiere que podría usarse para "realizar
encuentros en órbita de vehículos espaciales e inspeccionar satélites, ya sean
amigos o adversarios, para potencialmente atraparlos y sacarlos de la
órbita".
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